“¿La solución al embarazo adolescente?
Retrasar las relaciones prematuras”
Alicia Latorre es la presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida
-La Federación Española de Asociaciones Provida (Pro Vida) es una organización no gubernamental de voluntariado que promueve la defensa de la vida humana y de su dignidad
-Está formada por 33 asociaciones autónomas que han ayudado a más de 80.000 mujeres desde que la Federación se creó en 1981, antes de la primera ley que reguló el aborto en España (1985)
¿Es fácil para una menor quedarse embarazada?
No se puede generalizar, pero sí es cierto que hay un porcentaje de menores con gran promiscuidad ligada a diversiones de riesgo que implican muchas veces el consumo del alcohol y de las drogas. A veces ni recuerdan muy bien con quién han estado. Digamos que no se hacen respetar lo suficiente, hay casos de malos tratos y a veces un poco consentidos. Esto son cosas muy complicadas, pero nos parece que hay muchas relaciones prematuras que no ayudan ni al desarrollo psicológico de la chica ni a otras cosas.
¿Cuál cree que es el papel de los anticonceptivos?
Me parece un error muy grande cuando se liga el hecho de que se hayan quedado embarazadas con la mayor utilización o no de anticonceptivos porque suponen una trivialización de las relaciones, dan falsa seguridad y además no solo no previenen siempre el embarazo, sino que tampoco evitan las enfermedades de transmisión sexual que cada vez son más frecuentes en jóvenes ni las consecuencias psicológicas de una vida sexual que es muchas veces como un juego o parte de una diversión de fin de semana.
¿Cuál sería entonces la solución?
La manera de reducirlo sería retrasar esas relaciones prematuras. Tratar de que los jóvenes no quemaran etapas y saber esperar hasta encontrar la persona y el momento adecuado.
¿Y la educación sexual?
Cuando se habla de educación sexual se limita a enseñar el uso de anticonceptivos y dar por hecho que es inevitable tener relaciones en la adolescencia. Esto a veces provoca un aumento de relaciones y ver normal algo que no lo es; esa es la experiencia que tenemos. Consideramos que la educación sexual debe darse en las familias y en la escuela siempre que esté de acuerdo con los criterios que siguen los padres.
Hace falta una educación para la vida
¿En qué se debería basar esa educación?
Pensamos que hace falta una educación para la vida, un respeto inmenso al acto que puede engendrar una vida y una serie de valores que realmente pensamos que se han separado del amor y se ha convertido a veces en un juego ligado a ese ocio que es a veces bastante destructivo para la persona.
¿Qué opina del marco legislativo?
La ley es importante porque tiene también un factor educativo, pero muchas veces pasa que por ser legal ya es correcto. El aborto supone para el hijo destrozar una vida humana y en la madre deja graves secuelas tanto físicas como psicológicas. Aparte de que priva de la maternidad y de que a veces es un elemento de maduración para la persona. Por otra parte, lógicamente hay muchísima facilidad porque el aborto está reconocido como un falso derecho. Y si hay tantos es porque se realizan de hoy para mañana, con completa libertad y sin tener que manifestar siquiera una razón.
Y respecto a los diferentes cambios legislativos que ha habido en este sentido, ¿qué piensa?
El marco legislativo influye indudablemente, pero lo peor es tantísimos años, más de 30, en los que la sociedad se ha acostumbrado al aborto.
Muchas generaciones han crecido con el aborto como algo normal en su ambiente
¿Considera que las jóvenes están acostumbradas al aborto?
Tenemos muchas generaciones que han crecido con el aborto como algo normal en su ambiente, como algo aceptado, muy ocultado, pero como una falsa solución. Hay que tener en cuenta la ley, el tiempo que lleva vigente y que la sociedad se acostumbra. Y yo entiendo el disgusto inicial de los padres cuando una hija se queda embarazada, pero le hacen un daño muy grande quitando a ese hijo de en medio. Es muy importante no actuar con precipitación. Un hijo te cambia la vida tanto si lo tienes como si no, pero no de la misma manera.
¿Atienden a muchas menores embarazadas?
Es un porcentaje pequeño de estas edades porque desgraciadamente la mayoría no llegan a las asociaciones. Pero existen y son casos muy especiales con muchísimos elementos que hay que combinar. Y hay que tratar de empujar y de ayudar para que sigan adelante esos embarazos, porque hay muchas presiones y se actúa muchas veces muy rápidamente tanto desde la familia, como desde servicios sociales, como por su cuenta.
¿Cuándo llegan a las asociaciones?
Hay muchas que llegan porque no quieren abortar y tienen una gran presión de la familia que les obliga. A veces también son las parejas, a pesar de que sean muy jóvenes, ellos quieren tener esos hijos y también nos piden que hablemos con la chica. Y luego están las que quieren seguir adelante, que no vienen porque ya tienen el apoyo de la familia.
¿En qué situación llegan a su asociación?
Esas pocas que acuden, llegan en una situación bastante desesperada porque son muchos los elementos: presión de las familias, son menores, muchachas que a veces llevan una vida con la que está muy en desacuerdo la familia y por tanto no quieren ningún tipo de consecuencias… En fin, es complicado.
¿Qué dudas tienen?
Depende, si nosotros lo sabemos antes que los padres, su mayor miedo son ellos, el “qué me van a decir”, “mis padres me matan”, “no quiero que se enteren”. Entonces la ayuda es animarla, tranquilizarla y tratar de hablar con sus padres o decirle de qué manera puede hablar con ellos. Luego ofrecer lo que podamos o un seguimiento médico especial. Si son muy jóvenes a veces quieren seguir sus estudios fuera de la localidad porque les da vergüenza. A veces hay que hablar con profesores porque dentro del propio centro escolar hay presiones por parte de psicólogos y otras personas. Y con los padres, normalmente si nos los ganamos es más fácil ayudar a la hija.
¿Es habitual que la persona con la que ha tenido la relación sexual sea parte activa del proceso?
Tenemos de todo, muchos no quieren saber nada, incluso les ofrecen dinero para ir a abortar. Hay algunos que les presionan para que aborten, otras veces son ellos los que quieren y la chica no quiere de ninguna manera, pero como no son relaciones casi nunca consolidadas, sino de poco tiempo, de una pequeña aventura, a veces no existe siquiera ese vínculo de cariño entre ellos. Los que sí tienen una influencia fundamental son los padres y también los abuelos, que muchas veces las presionan a abortar contra su voluntad.
¿Cree que hay una edad para ser madre?
¿Cuándo estamos preparados para ser madres? Pues te diría que a lo mejor nunca. Tú eres madre desde el momento en el que estás embarazada. Sí es cierto que muchas veces son adolescentes que no han completado su propia madurez y tienen que asumir al mismo tiempo el ser madre. Y digamos que es algo que se asume a la vez. Yendo un poco más allá, sí viven situaciones con muchas dificultades porque lógicamente es mucha lucha, pero están mucho mejor psicológicamente, y en todos los sentidos, que las que viven a veces queriendo ocultar eso.
Entre una gestación y una interrupción voluntaria del embarazo a una edad temprana, el aborto es mucho más peligroso
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda fomentar la comprensión y el apoyo a fin de reducir el número de embarazos antes de los 20 años por considerar que existe un riesgo para el menor y la madre...
Lo que no dice la OMS, que nosotros sí que sabemos por los muchísimos ginecólogos con los que trabajamos, es que el aborto en menores de 20 años y, cuanto más bajamos en la edad, es mucho más peligroso para la mujer. Entre una gestación y un aborto a una edad temprana, para la mujer es mucho más peligroso el aborto. También para la fertilidad futura.
En los casos que habéis conocido, ¿qué ocurre después del aborto de estas menores?
Las reacciones son muy diversas. A veces no quieren ver a los chicos para nada, otras veces empiezan unas relaciones mucho más promiscuas o empiezan a consumir sustancias. Una chica a la que obligaron a abortar con 16 años, que ha tenido hijos de distintos padres, tiene ahora 22 años y nos confesó que no se lo perdona a sus padres, que eso le ha hundido la vida y que no lo ha podido superar.
¿Es posible establecer un perfil?
No se puede generalizar, porque tenemos un poco de todo. Pero la mayoría son personas que han abandonado sus estudios, bastantes extranjeras, que vienen de culturas donde la maternidad es más temprana o donde están más acostumbradas a esta promiscuidad. Pero tenemos también españolas, a veces han dejado de estudiar, con un nivel bajo y también, en ocasiones, con desarraigo familiar. Casi siempre son personas con un mal uso del ocio, con mucho tiempo libre y aparte con poca implicación social en otro tipo de tareas.
¿En ocasiones buscan ese embarazo?
Hay algunas que buscan el embarazo, a veces como una manera de rivalidad entre otras mujeres por un chico. Por ejemplo, quedarse embarazada es un trofeo si él ha estado con muchas chicas. Esto, según los datos, se da más en personas extranjeras, de Hispanoamérica. Además, hay más abortos en países del este porque para ellos es algo normal, también son personas que van ligadas, a veces, al mundo de la prostitución. Es muy triste, pero hay algunas que no tienen nada que hacer, no están trabajando, no tienen un apoyo familiar, no estudian… Son personas muy marginales. Y ligado también al mundo del alcohol y de la droga.
¿Cuáles serían las pautas a seguir para prevenir estas situaciones?
Me parece que hay que hacer una apuesta profunda por políticas sociales que se ocupen de la adolescencia y la juventud, que estén preparadas para la vida, y responsabilizarlas en la ayuda a los demás, en un ocio sano, en un fortalecimiento de las familias. Es decir, atacar un poco los puntos flojos que son los que hacen que las chicas lleguen a esta situación. A mí desde luego la medida de los anticonceptivos me parece muy mal, un parche que no ataja las causas. Parece que si no hay embarazos ya está todo cortado.
¿Cómo se financian?
Nuestro principal capital son los voluntarios, que ofrecen su tiempo gratuito. También recibimos dinero de socios y ayudas nacionales a cargo del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), subvenciones de comunidades autonómicas, y de diputaciones.