“El embarazo adolescente se combate con educación,
accesibilidad y formación”
Joserra Serrano es presidente de la Sociedad Española de Contracepción
-La Sociedad Española de Contracepción tiene como fines el asesoramiento, difusión, promoción y estudio científico de los métodos contraceptivos
-Esta sociedad científica y profesional elabora estudios anuales para conocer la situación del acceso a los métodos anticonceptivos y la educación sexual en España
¿Qué influye en un embarazo adolescente?
El de la adolescencia es un tema muy complejo. Hablando de embarazo adolescente hay que tener en cuenta la parte social, pues cuando se quedan embarazadas evidentemente llegan a estatus mucho más bajos, tienen menos parejas estables y tienen más posibilidades de conseguir peores trabajos. En diversos trabajos científicos se comprueba que había más adolescentes embarazadas donde el índice per cápita era más bajo. O sea, que hay una relación directa. También está totalmente vinculado a la accesibilidad y a la educación sexual, que es nuestra prioridad.
¿Cómo debería abordarse?
En la ley de salud sexual y reproductiva se dedica todo el primer apartado a hablar de la educación sexual en el currículum escolar, cosa que aquí no se hace. Y eso es lo que deberíamos hacer. Es decir, educación, accesibilidad y formación, más que información.
¿Es la falta de educación un problema?
Ahí es donde está un poco la polémica. Según las encuestas, la edad media de inicio de relaciones sexuales está en 16,29 años y el 18,5% de las chicas no han usado ninguna protección en su primera relación. Se ha demostrado una correlación entre ese dato y el embarazo en la adolescencia, es decir, a mayor porcentaje de chicas que no usan una protección eficaz, más embarazos en la adolescencia. Y después hay un 24,8% de las chicas de 14 a 16 años que no usan nada de forma habitual. Son cosas serias, pero no hacemos mucho por evitarlo.
¿Cuál cree que debería ser la solución?
Primero desarrollando toda el articulado de la ley de sexualidad. En segundo lugar y donde ahora hay un conflicto tremendo es con la ley del menor, que fue aprobada en el 2015, antes de las elecciones. Con ella, si suponemos que cualquier mujer de 16 años o menos ha tenido relaciones sexuales, tienen que ser informados automáticamente los padres. Es decir, no podemos dar anticoncepciones ni pastillas sin el consentimiento paterno y materno. El acceso a la contracepción en las jóvenes ya está mal, pues con esto lo hacemos más difícil.
¿No es suficiente el acceso que ahora se tiene a estos anticonceptivos?
Hay un buen estudio llamado CHOICE que hicieron en Sant Louis (Estados Unidos). Allí tenían una tasa de embarazos de 150 por 1.000 adolescentes, una pasada. Eso sería una epidemia en España. Se les ocurrió dar acceso libre a los centros de asistencia pública donde se les daba gratis durante dos años el método anticonceptivo que elegían y se hacía un seguimiento. Con eso se redujo de 150 a 30 por 1.000 la tasa de embarazos no deseados. Si se quiere, se puede.
¿Y en España?
Hoy en día aquí no lo tenemos nada mal. Hay también muchos anticonceptivos que están financiados y que salen a tres euros al mes. Pero tienen que tener acceso a ellos, y luego la información y la formación. Y ahí lo de hablar de educación sexual se hace muy de pasada. Y tiene que ser de manera vertical: en primaria, bachillerato, la universidad. Se va aprendiendo a lo largo de la vida.
Las menores tienen mucha información, pero no una formación adecuada
¿Saben las menores qué son los anticonceptivos y para qué sirven?
Yo creo que tienen mucha información, otra cosa es esa formación. Siendo que el 75% de la población a estas edades dice que suele usar un método seguro, si tomaran todo lo que nos cuentan en las encuestas, habría muchos menos embarazos no deseados y muchas menos interrupciones también. Resulta que el preservativo es seguro, pero seguramente lo usan mal, no se lo ponen al inicio de la relación, no comprueban que está bien puesto, no lo usan en todas las relaciones. Y luego la pastilla se da a veces sin una formación adecuada. No hay nadie que dedique tiempo a explicarles cómo se usa un preservativo. Qué es la pastilla del día después, que es inocua, que tienen que tenerla siempre a mano…
¿Tienen los anticonceptivos algún efecto secundario?
En España hay una hormonofobia que viene de antes. Yo creo que las chicas de ahora ya no la tienen tanto como sus madres. Aquí la píldora vino de extranjis, en el 61, y solamente la usaba la gente que tenía dinero y bajo prescripción facultativa y con la firma del marido. Y hasta el año 70 y pico no paso a ser social. Entonces era como que las hormonas eran malas. Ya se conocen todo los mitos que hay con la contracepción hormonal, que son muchos: que engordan, que te producen vello…
¿Todo eso queda descartado?
Ahí la información sí que es importante. Porque sale una ministra de Sanidad diciendo que la píldora del día después es una bomba… Ahí los responsables de salud deberían estar obligados a desarrollar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y por lo menos implicarse en la formación.
Entonces, ¿ha cambiado el concepto que tienen estas menores de los anticonceptivos?
Yo creo que sí. Llevo ya treinta años en esto y al principio estaba haciendo contracepción en barrios obreros y nos teníamos que pelear mucho y ahora cada vez menos. Y la cuestión va directamente relacionada con el nivel cultural de las familias, que hace mucho.
¿Se observan diferencias en la nacionalidad, el nivel de cultura, la clase social?
Al inicio de la inmigración hubo un aumento importante de interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) en España. Se echó la culpa en parte a la inmigración y es verdad: un 40% de las IVE en España eran de gente inmigrante, pero eso ocurre al inicio, en las primeras generaciones. Porque cuando empiezan a tener el acceso a la sanidad pública, cambia la aceptación de los anticonceptivos y a la información y se acaban igualando al resto de la población.
Nos tenemos que preocupar de las mujeres en riesgo de exclusión social
En los últimos años han descendido en las menores los alumbramientos y los abortos, ¿a qué cree que se ha debido?
Ya son la segunda generación de inmigrantes y en parte también porque hay muchos inmigrantes que se han ido también. Pero hay más situaciones que influyen, como la liberación de la píldora del día después. Hace tres años era por prescripción y ahora cualquiera puede ir a la farmacia y se la dan previo pago. También hay que tener en cuenta que un tercio de las mujeres que interrumpen el embarazo ya han interrumpido uno. Al final, son las adolescentes o las mujeres en situación de riesgo de exclusión social de las que nos tenemos que preocupar a la hora de prevenir estos embarazos.
Cada día ocho niños de madres menores de edad, ¿es algo que destaca?
Hay que tener en cuenta que había muchas más embarazadas antes que ahora. Hemos bajado muchísimo desde los años 60. Y no tiene nada que ver con lo que ocurría hace 20 años. Por ejemplo, en Estados Unidos la media está por encima de 50 embarazos por 1000 adolescentes y aquí entre los 10 y los 20 dependiendo de la autonomía. O sea que tampoco es para echarse las manos a la cabeza. Evidentemente ocurre como con la tasa de IVE, que estamos en la media de Europa, pero todos queremos disminuirla. De los embarazos, el 80% son sin querer, y la mayor parte acaban con una interrupción voluntaria. Pero un 20% son deseados. En España no estamos en una situación crítica. Aun así sorprende porque probablemente estemos estancados y nos llame mucho más la atención. El embarazo en menores nos sorprende mucho más ahora y antes no parecía tan grave.
Decía que la situación no tenía nada que ver con hace 20 años. En 1996 hubo unos 3.500 nacimientos, en los últimos dos años fueron 2.800. Pero se registra un incremento en 2008, ¿cuál cree que fue la razón?
En España teníamos una tasa altísima de natalidad y ha ido bajando hasta ese repunte del 2008, que sí que tiene que ver con la inmigración. Ahora está bajando otra vez, también porque son otras generaciones de inmigrantes y en parte porque se han ido bastantes. Además, la tasa de hijos por pareja no llega a dos.
¿Y qué opina del marco legal actual?
Hay cosas que están mal. Si viene una chica de quince años y medio y el test de embarazo le da positivo estamos obligados por ley, y hay sentencia en contra de médicos, a informar a los progenitores. Eso es una cosa que está mal, está mal.